SATELITE SIMON BOLIVAR DE VENEZUELA

miércoles, 27 de enero de 2010




El Satélite Simón Bolívar es el primer satélite artificial propiedad del Estado venezolano lanzado desde China el día 29 de octubre de 2008. Es administrado por el Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y Tecnología a través de la Agencia Bolivariana para Actividades Espaciales (ABAE) de Venezuela para el uso pacífico del espacio ultra terrestre. Está ubicado a 35.784,04 km de la superficie de la tierra en la órbita geoestacionaria de Clarke.



l satélite Simón Bolívar nace como parte del proyecto VENESAT-1 impulsado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología a mediados de 2004. Ese mismo año se iniciaron conversaciones con la Agencia Espacial Federal Rusa, en principio se trató de concretar el convenio con Rusia pero ante la negativa de éste a la propuesta venezolana de transferencia tecnológica, que incluía la formación de técnicos especializados en el manejo del proyecto Satélite Simón Bolívar, Venezuela decide abandonar el acuerdo con Rusia. Luego en octubre de 2004 el Estado venezolano decide iniciar conversaciones con China quienes aceptaron la propuesta. De esta forma técnicos venezolanos serían capacitados en tecnología satelital, desarrollo del software y formación técnica para el manejo del satélite desde tierra.[1] De cara al futuro el gobierno venezolano espera producir tecnología satelital encaminada a lanzar satélites desde suelo venezolano, con tecnología propia.[2]

El proyecto fue aprobado y el satélite es fabricado y puesto en órbita por la Administración Nacional China del Espacio por un valor superior a los 400 millones de dólares según las especificaciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones. Se espera que con la puesta en órbita del satélite, Venezuela obtenga mayor independencia tecnológica y de transmisión de datos.



Objetivos del "Simón Bolívar"

El objetivo del Satélite Simón Bolívar es facilitar el acceso y transmisión de servicios de datos por Internet, telefonía, televisión, telemedicina y teleeducación.[3] Contempla cubrir todas aquellas necesidades nacionales que tienen que ver con las telecomunicaciones sobre todo en aquellos lugares con poca densidad poblacional. Igualmente, pretende consolidar los programas y proyectos ejecutados por el Estado, garantizando llegar a los lugares más remotos, colocando en esos lugares puntos de conexión con el satélite, de tal manera que se garantice en tiempo real educación, diagnóstico e información a esa población que quizás no tenga acceso a ningún medio de comunicación y formación.

El gobierno venezolano afirma que además servirá para la integración latinoamericana e impulsará a la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).[5] Uruguay cedió su órbita a Venezuela a cambio del 10% de la capacidad que tiene el satélite.

El satélite fue lanzado con éxito el 29 de octubre de 2008, desde el Centro Espacial de Xichang, en la República Popular China

Instalaciones en Tierra

La Red Satélital incluye además del satélite en si mismo diversas instalaciones para ser controlado en tierra:

Estación Terrena de Control principal, en el Estado Guárico, en el centro de Venezuela, Sede de la ABAE

Lanzamiento

El Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y Tecnología había anunciado que el lanzamiento del satélite sería luego de los Juegos Olímpicos Beijing 2008. Una fecha inicial había sido dada para septiembre, pero esta fue modificada posteriormente.[9] [10]

Fue lanzado el 29 de octubre diecisiete minutos luego de las 12 del mediodía. El lanzamiento se llevo a cabo con éxito desde el Centro de Satélites de XichangChina, desde donde se han lanzado 51 satélites. Un cohete Larga Marcha 3B impulsó al satélite cerca de su órbita final, a 36.500 km de altura. Desde el lanzamiento hasta su colocación y orientación final en esta órbita pasan entre seis y diez días. ubicado en el suroeste de la República Popular

El proyecto del satélite Simón Bolívar, Venesat-1, desarrollado por la Agencia Bolivariana de Actividades Espaciales (ABAE), ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, permitirá hacer uso pacífico del espacio ultraterrestre, explicó el jefe encargado del programa, Luis Holder.

Holder, doctor en electrónica del Instituto de Ciencia Electrónica de la Universidad de Hokkaido, Japón, dijo que el proyecto elevará los niveles de conciencia sobre la importancia de la apropiación tecnológica y el desarrollo autónomo de las investigaciones en materia aeroespacial, así como también promoverá las actividades para la teleeducación y la telemedicina.

En entrevistado realizada en el programa Despertó Venezuela de VTV, el científico habló sobre el objetivo principal del sistema como es elevar los niveles de conciencia sobre la importancia de la apropiación tecnológica y el desarrollo autónomo de las investigaciones en materia aeroespacial.

En este sentido, destacó que “el Satélite Simón Bolívar es un proyecto de gran envergadura que contribuirá a las telecomunicaciones como servicio público esencial”.

Sostuvo, además, que “el satélite Simón Bolívar permitirá proveer servicios soportados sobre tecnologías digitales y, por excelencia, permitirá el acceso a una internet de calidad”.

Refirió que será una plataforma tecnológica que permitirá salvar vidas, proveer de salud a la mayoría de nuestros ciudadanos y “contribuir a través de esta estrategia de telecomunicación con la formación del nuevo ciudadano en nuestra República Bolivariana de Venezuela”.

El ingeniero explicó que, por ejemplo, “en las localidades remotas, bien sean rurales o indígenas, debemos contar con un equipamiento para permitir la interconexión al satélite, que será el medio de transporte de esas señales que puedan provenir de equipos electromédicos como una unidad de química sanguínea”.

Sobre este punto, agregó que “desde esos centros remotos puede establecerse comunicación con hospitales especializados o centros de diagnóstico que se encuentren especialmente en las ciudades donde contamos con mayor capacidad para asistir a los médicos generales que normalmente están atendiendo a nuestros compatriotas en esas zonas remotas”.

“El satélite tiene la ventaja de permitir la cobertura y llevar los servicios de telecomunicaciones en general y también contribuir con estas modalidades a la atención en salud”, dijo Holder.

Asimismo, comentó que “en el caso de la plataforma satelital Simón Bolívar, nosotros promovemos desde el Ministerio del Poder Popular para la Ciencia y Tecnología, el uso intensivo de este medio tecnológico para desarrollar esos programas y llevar la educación tanto a la población no escolarizada como a aquella población que requiere de fortalecimiento de programas específicos”.

Remarcó el jefe del proyecto Venesat – 1 que “dentro del marco de la cooperación Sur-Sur, el satélite Simón Bolívar permitirá proveer de servicios a gran parte del continente americano, comprendiendo la mayoría de países de Centroamérica, Suramérica y El Caribe”.

“El satélite Simón Bolívar permitirá proveer servicios soportados sobre tecnologías digitales y por excelencia permitirá el acceso a una internet de calidad, será una plataforma tecnológica que permitirá salvar vidas, proveer de salud a la mayoría de nuestros ciudadanos y contribuir a través de esta estrategia de telecomunicación con la formación de el nuevo ciudadano en nuestra República Bolivariana de Venezuela”, indicó Holder.

Holder destacó que desde hace más de tres décadas se venían dando esfuerzos para concretar la instalación en orbita de un satélite de comunicaciones para prestar servicio a la su región andina, pero que lamentablemente eso nunca se concretó.

“No fue sino hasta el año 2005 cuando el Gobierno Bolivariano de Venezuela constituyó la comisión presidencial para el uso pacífico del espacio ultraterrestre, la cual estimó viable que el país se embarcara en un proyecto de esta naturaleza”, resaltó Holder

Holder señaló que la ABAE está promoviendo actividades para la tele-educación y la telemedicina, ambas soportadas sobre plataformas satelitales; y una muestra de ello es el programa piloto de tele-educación y la telemedicina, en el estado Delta Amacuro, donde participan grupos aliados del sector público y privado, con la finalidad de potenciar las capacidades de los ministerios de salud y educación para utilizar la plataforma que ofrecerá el satélite Simón Bolívar.

La ABAE tiene, en el corto plazo, la prioridad de instalar una plataforma satelital para interconectar las redes de comunicaciones del Estado, en función del nuevo modelo de economía social; y también tiene previsto insertar aplicaciones de tecnología espacial en todos los campos de trabajo del sector público, contribuyendo así en la ejecución de programas y proyectos en materia energética, agrícola, ambiente, entre otros..

“Sin dudas, el Satélite Simón Bolívar es una valiosa herramienta para hacer de los sistemas de comunicación factores determinantes para el bienestar social. Por ello, Venezuela se inicia con pasos exitosos en la carrera espacial, con el firme propósito de ir consolidando su independencia tecnológica”, manifestó Holder.

El martes 1º de noviembre el presidente de la República; Hugo Chávez Frías, dio a conocer los avances del acuerdo de cooperación con la República Popular de China para la construcción en aquel país del satélite Simón Bolívar.

Ese mismo día en el programa Aló Ciudadano se realizaba una encuesta en la cual se le solicitaba la opinión a la audiencia sobre la necesidad de este megaproyecto, sobre todo si existen 1 millón 200 mil niños venezolanos dedicados a la economía informal y casi medio millón dedicados a la prostitución.

Sin ánimos de caer en juicios políticos y mucho menos sin pretensiones de desvirtuar el criterio imparcial y positivo de esta sección, considero importante hacer una explicación sobre la significación que tiene para el país contar con un satélite propio.

Uno de los puntos centrales del satélite será la ampliación del acceso a servicios de comunicación entre los venezolanos, bien sea vía teléfonos fijos o móviles, Internet cableada o inalámbrica, claro está, en banda ancha. Este objetivo no sólo ha sido aplaudido por las grandes empresas transnacionales del sector, sino que ha sido sugerido como una de las alternativas más válidas para llevar los avances de las tecnologías de la información a todos los rincones de la geografía nacional.

Como dice mi tutora de La Universidad del Zulia, la profesora María Isabel Neüman, son estas tecnologías de la información las que sustentan a la Sociedad del Conocimiento.

El satélite comenzará a fabricarse en la primera mitad de 2006. Su principal función “será satisfacer necesidades venezolanas en las áreas de telefonía, transmisión de información, acceso y transmisión de mensajes por Internet, especialmente en locaciones con poca densidad poblacional adonde no ha llegado la infraestructura de telecomunicaciones comerciales”.

Este argumento expuesto en la página web del Cnti (www.cnti.gov.ve), da un paso de gigante para la incorporación de toda la nación a los servicios vía IP. En los que, con un simple pago, el usuario puede comunicarse desde su computador, televisor, celular, PDAo portátil con cualquier persona del mundo, sin necesidad pagar cargos por interconexión o de larga distancia. Esta comunicación, además, permitirá ver al instante con quién hablamos, pagar servicios o incluso asistir a clases virtuales.

¿Dentro de poco? Este futuro, parecido a la época de Los Supersónicos, está a la vuelta de la esquina. Expertos creen que antes de que termine esta década algunas naciones comenzarán a tener estos servicios.

Sus proyecciones apuntan a que sean los países más desarrollados los primeros en tenerlo. Estas apreciaciones podrían incorporar a Venezuela.

Antes de que esto llegue, es necesario que nuestro país supere algunos de sus problemas telemáticos más importantes y que nos podrían retrasar. El primero de ellos es el nivel de penetración de las líneas fijas.

En nuestro país, sólo 3 millones 591 mil 811 personas tiene teléfonos en sus casas, menos de 9% de la población.

El segundo es el acceso a Internet, sólo 2 millones 698 mil 537 venezolanos tienen acceso a la red de redes, y de ellos cerca de 528 mil pagan el servicio; de este pequeño grupo, sólo 257 mil 400 accede vía banda ancha.

El problema del acceso a Internet es determinante, sobre todo si tenemos a la vuelta de la esquina ese futuro basado en el IP (Protocolo de Internet). Por ese motivo, se entiende por qué el Ejecutivo Nacional ha prestado tanta importancia al tema del satélite Simón Bolívar.

Sin este equipo, sería problemático poder hacer transmisiones vía IP en toda la geografía; para hacerlo se dependería del arrendamiento de otros satélites, como pasa en la actualidad para las transmisiones televisivas de torneos de fútbol, beisbol o certámenes de belleza.

El ahorro es cuantioso, y por supuesto, el país tendría libertad de comunicarse y mantener sus sistemas de comunicación.

¿Peligros? Pensar que este tipo de tecnologías atenta contra la libertad de expresión sería una visión tecnológicamente miope.

Todo lo contrario, facilita las comunicaciones e incluso permitirá que la televisión llegue a lugares donde todavía no ha podido radiar sus ondas electromagnéticas. Es decir, más gente podrá ver a Aló Ciudadano o Aló Presidente o un Caracas - Magallanes o a la Vinotinto.

Un punto que será determinante una vez entre en funcionamiento el satélite, tiene que ver con los servicios. En este sentido, Cavedatos, consultora que se encarga de medir el impacto de las tecnologías de la información en nuestra sociedad, señala que el acceso a Internet es bajo porque los venezolanos no han conseguido alguna utilidad a la red.

Es por eso que la empresa aplaude la iniciativa oficial de estimular el gobierno electrónico e indica que más instituciones y empresas se sumen y comiencen a ofrecer servicios vía Internet. Por eso, será necesaria la motivación, pues nada haríamos con un satélite de telecomunicaciones si la gente no tiene interés en utilizar sus bondades.

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