RIESGOS NATURALES

sábado, 9 de octubre de 2010

 

QUÉ QUIERE DECIR RIESGO NATURAL

La expresión “riesgo natural” se utiliza en contraposición a riesgo tecnológico, pero no implica que el riesgo sea consecuencia de un fenómeno exclusivamente natural o que el hombre no tenga nada que ver.

QUÉ ES UN RIESGO

Riesgo = Peligrosidad x Vulnerabilidad

La peligrosidad es conocida en inglés como “hazard” y en francés como “aléa”, hace referencia a la probabilidad de que un determinado fenómeno natural, de una cierta extensión, intensidad y duración, con consecuencias negativas, se produzca.

El análisis de periodos de retorno o la representación de mapas de frecuencia es objeto de esta primera parte.

La vulnerabilidad hace referencia al impacto del fenómeno sobre la sociedad, y es precisamente el incremento de la vulnerabilidad el que ha llevado a un mayor aumento de los riesgos naturales.

La vulnerabilidad abarca desde el uso del territorio hasta la estructura de los edificios y construcciones, y depende fuertemente de la respuesta de la población frente al riesgo.

CONSECUENCIAS

Los daños producidos por los riesgos naturales pueden ser:

  • Directos (personas, bienes, agricultura y ganadería, infraestructuras, patrimonio cultural,…)

  • Indirectos (interrupción de obras y de sistemas de producción, disminución del turismo,…).

Los mapas de riesgo se elaboran estableciendo unos criterios numéricos para estimar objetivamente la vulnerabilidad y la peligrosidad.

El riesgo en un punto o en una zona se determina a partir de los valores anteriores, aunque no necesariamente se calcula como producto de ambos.

Recientemente se ha planteado para el cálculo del riesgo la introducción de la respuesta de la población frente al riesgo; considerándose que cuanto mejor sea esta respuesta, menor será el riesgo. Es por ello, que en algunas regiones esta respuesta se evalúa mediante un criterio numérico y posteriormente se resta su valor al producto de peligrosidad por vulnerabilidad:

Riesgo = [Peligrosidad x Vulnerabilidad] – Capacidad de respuesta

DESCRIPCIÓN DE LOS RIESGOS, TIPOLOGIA

Clasificación de los Riesgos

Los riesgos naturales se pueden clasificar de la siguiente manera:

  • Meteorológicos/climáticos

  • Geofísicos

  • Biológicos

  • Antropogénicos

  • Mixtos

Una gran parte de los riesgos naturales están fuertemente vinculados a las condiciones atmosféricas.

  • Riesgos en que la peligrosidad está exclusivamente vinculada a las condiciones meteorológicas o climáticas:
    • Temporales de viento
    • Olas de aire frío o de calor
    • Tornados y huracanes
    • Granizo
    • Nevadas extraordinarias
    • Tempestades eléctricas.

  • En un segundo lugar se hallarían aquellos en que intervienen otros factores, ya sean naturales o antrópicos:
    • Aludes (geología-meteorología)
    • Inundaciones (meteorología-hidrología)
    • Deslizamientos de ladera vinculados, en algunos casos, a la lluvia (meteorología-geología).
    • Grandes incendios forestales
    • Sequías.

  • Finalmente cabe hablar de aquellos riesgos naturales de origen no atmosférico pero que producen un impacto importante en la atmósfera:
    • Erupciones volcánicas
    • Las situaciones de fuerte contaminación atmosférica (no natural),…, éstas se hallarían en la frontera entre riesgos tecnológicos y naturales.

Entre los riesgos de origen geofísico cabe destacar:

  • Terremotos

  • Volcanes

  • Subsidencias

  • Deslizamientos de terreno

  • Caída de piedras

  • Aludes

  • Los relacionados con problemas costeros, esencialmente hundimiento de la costa y erosión

Algunos de éstos se hallan relacionados con desencadenantes de origen meteorológico o antropogénico.

Finalmente, entre los riesgos de origen biológico merece destacarse:

  • Plagas

  • Pestes

  • Epidemias

GESTIÓN DE LOS RIESGOS NATURALES - METODOLOGÍA Y PROCEDIMIENTOS DE ANÁLISIS DE LOS RIESGOS

Dentro de la cadena de actuaciones frente a los riesgos naturales deben conocerse, de forma genérica, las medidas de prevención, tanto estructurales como no estructurales, el papel de la predicción a corto, medio y largo plazo; los agentes implicados en los sistemas de alerta; la necesaria educación del comportamiento frente al riesgo así como algunos aspectos relativos a la legislación y sistemas de seguros en relación con los riesgos naturales. Todo ello puede enmarcarse dentro de las conclusiones de la Década Internacional para la mitigación de las catástrofes naturales (DIPCN, 1990-1999), entre las cuales cabe hacer especial incidencia en la necesaria evaluación de la peligrosidad, vulnerabilidad y cartografía del riesgo.

CADENA DE ACTUACIONES

Prevención y Predicción

La prevención contempla todas las medidas realizadas con anticipación a fin de paliar, disminuir o evitar los daños producidos como consecuencia del desencadenamiento del riesgo en cuestión. Se trata de medidas realizadas a largo plazo en función de los riesgos dominantes y que en general contemplan la adecuada gestión del territorio en función del mapa de riesgos así como actuaciones de carácter estructural (obras de ingeniería, mejoras arquitectónicas, etc.), o no-estructural (legislación y normativas sobre los usos del suelo en zonas de riesgo, etc.).

Usualmente, ante el peligro de inundaciones, la sociedad ha respondido de tres maneras. Las sociedades primitivas y pre-industriales, optaban por vivir, en general, en armonía con el territorio, respetando las zonas más inundables y huyendo rápidamente hacia puntos más altos cuando las campanas, por ejemplo, daban el toque de inundación. A esto se añadían medidas de carácter mágico o espiritual como el rezo a los dioses, o, ya más adelante, oraciones y rogativas. Las medidas estructurales eran mínimas y muy locales. Con el crecimiento de la población y la revolución pre-industrial, que en nuestro caso llevó las fábricas al lado de los ríos, se comenzaron a tomar medidas estructurales, en las cuales influyó mucho el ejemplo de actuación sobre el Mississipi iniciado por los norteamericanos.

La solución mediante medidas estructurales ha dominado hasta nuestros días, empujada en gran parte por una sociedad que pide, para este tema, el riesgo cero, aunque sin modificar sus hábitos y consciente de la gran especulación sobre el terreno.

En los últimos años -y tal como ya manifiestan las conclusiones de la Década Internacional para la Mitigación de los Desastres Naturales- se ha iniciado una línea que apunta a la aceptación de la convivencia con el riesgo a través de un equilibrio entre las medidas estructurales y las no estructurales, más respetuosas con el medio.

A modo de ejemplo, a parte de las soluciones legislativas o la creación de determinados organismos, dentro de las soluciones buscadas para intentar disminuir las inundaciones han habido dos tipos básicos de proyectos: los que hacían referencia a la modificación y/o intento de mejora global de la red hidrográfica y los que se basaban en la realización de estudios de soluciones individuales para cada río. Entre estas actuaciones cabe destacar, además de la construcción de embalses, la idea de desviar los principales ríos que atraviesan las ciudades llevándolos fuera del núcleo urbano, solución practicada, por ejemplo, en la ciudad de Valencia, o los proyectos de rectificación mediante la construcción de muros de contención o la canalización de tramos de los ríos. En los últimos 100 años se han hecho numerosas actuaciones de este tipo, principalmente motivadas por la respuesta inmediata a una inundación previa, más que a un plan director de carácter preventivo .

La predicción se refiere a la anticipación del fenómeno con una mayor o menor antelación, la cual dependerá del tipo de fenómeno, ya que en algunos casos ésta tan solo se puede realizar con pocas horas de antelación y difícilmente se puede determinar el lugar de afectación (caso de una riada súbita, por ejemplo) Hay fenómenos para los que ni tan sólo es posible realizar una predicción (terremotos). Para otros, lo único que se puede anticipar es si las condiciones ambientales van a ser favorables para su potencial desencadenamiento en aquellos lugares en que exista un cierto riesgo (aludes, deslizamientos).

La predicción se encuentra limitada, no solamente por el conocimiento de los factores que intervienen en la manifestación del propio riesgo sino también por las limitaciones que afectan a las propias técnicas de predicción, siendo necesaria en todos los casos una mejora continuada dónde se integren las últimas tecnologías.

En conclusión:

La prevención se refiere a una planificación para un futuro no necesariamente inmediato, dentro de los términos de sostenibilidad, generando medidas que han de tener una duración prolongada bastantes años, es decir, con un cierto carácter estático en contraposición a la predicción, más dinámica y que genera información y resultados en permanente actualización.

Intervención inmediata

La actuación inmediata se refiere a la gestión del riesgo una vez desencadenado (tareas de seguimiento del fenómeno, de salvamento, evacuación, coordinación de los cuerpos implicados como pueden ser bomberos o servicios de Protección Civil, etc.).

Esta tarea está desarrollada normalmente por un único organismo rector o bien por los organismos regionales o municipales más vinculados a las zonas afectadas, o bien por la combinación de las dos posibilidades.

Prevención, predicción y gestión inmediata no son aspectos desvinculados entre sí. Una buena gestión requiere una buena predicción, poniendo en juego medidas desarrolladas en la parte de prevención, como puede ser el caso de algunas medidas estructurales o de la ocupación racional del territorio en relación con el riesgo, factor que influirá sobre las tareas de salvamento. Como consecuencia de esta vinculación, en algunas circunstancias se considera la prevención, predicción y los sistemas de actuación y alerta, tal como se han definido previamente, formando parte de una única denominación. En tal caso toda la cadena de actuaciones queda agrupada bajo el nombre de “prevención” porque al fin y al cabo de lo que se trata es de disminuir los posibles daños provocados por la materialización del riesgo natural en cuestión.

Diagnosis post-mortem

Es el estudio de los episodios una vez han sucedido, a fin de mejorar el conocimiento de los factores implicados. En general se realiza en el ámbito de la investigación de centros especializados o universitarios. Sin embargo, podríamos incluir aquí los estudios de retorno de experiencia, en los que suelen implicarse tanto técnicos como científicos, y cuyo objetivo es analizar la gestión integral de un desastre ya acaecido, desde cómo funcionaron los sistemas de previsión y alerta hasta la evaluación de los daños producidos. El objetivo es mejorar las actuaciones futuras aprendiendo de las experiencias positivas y negativas, actuaciones que en un momento dado pueden conducir a nuevas legislaciones. A título de ejemplo merece ser destacado el estudio y movilización generada a consecuencia de las inundaciones en el Gard en septiembre de 2002, concluido en septiembre de 2003

Educación del comportamiento ante el riesgo

Todos estos pasos, implican diferentes actores, pero hoy en día se considera que es la sociedad en conjunto y los individuos que la componen, los principales interlocutores ante el riesgo. Esto implica una necesaria concienciación y educación de la población, cada vez más alejada del conocimiento del territorio dónde se establece y, por el contrario, más exigente con la minimización de estos riesgos.

Esta educación ante el riesgo está siendo objeto de una especial preocupación por parte de la comunidad internacional y, en particular, de la comunidad europea, como demuestran los tipos de proyectos europeos aprobados en este ámbito por parte de la DGXII y DGXI de la UE, así como los objetivos de los proyectos Interreg relacionados con los riesgos naturales, como puede ser el propio RINAMED.

IMPORTANCIA DE LOS RIESGOS NATURALES

Conclusiones de la Década Internacional para la mitigación de las catástrofes naturales

La década comprendida entre 1990 y 1999 fue conocida a nivel mundial como la “International Decade for Natural Disaster Reduction (IDNDR)” o “Década Internacional por la Prevención de las Catástrofes Naturales (DIPCN)”, con Secretariado en Ginebra. En este marco se organizaron a lo largo de todo el periodo diversas conferencias y congresos alrededor del mundo, los frutos de los cuales todavía se están recogiendo. Entre estos congresos finales, con generación de conclusiones y recomendaciones, hay que destacar el celebrado entre el 12 y 14 de abril de 1999, en Grenoble, “Risques naturels en montagne: Conférence internationale sur les risques naturels en montagne”, en el que participaron 250 personas originarias de diferentes países, principalmente europeos. Además, se emprendieron otras acciones como la creación de grupos de expertos en desastres naturales dentro de diferentes sociedades (como la “European Geophysical Society” o la International Association of Hydrological Sciences) o instituciones, o la consideración en un lugar relevante del problema dentro del nuevo informe del IPCC (International Pannel of Climatic Change) o en los nuevos objetivos del World Climate Project-Water, ambas acciones desarrolladas bajo el auspicio de la ONU, la UNESCO y la OMM entre otros, y con propuestas y resoluciones concretas dirigidas a los gobiernos y a la sociedad.

En la Conferencia Internacional sobre los Riesgos Naturales en Montaña, celebrada en Grenoble, se presentaron gran parte de las políticas de actuación europea ante el riesgo de inundaciones, dónde Francia e Italia jugaron un papel importante. De hecho el congreso fue organizado por el “Pôle grenoblois” bajo los auspicios de la ONU, el “Ministère de l'Aménagement du Territoire et de l'Environnement”, el “Ministère de l'Education Nationale, de le Recherche et de la Technologie” y la “Plateforme Nationale Dangers Naturels de la Suissa”, entre otros. El “Pôle grenoblois” nació en 1988 bajo la iniciativa de la "Isère, Département pilote", lanzada por el “Conseil Général de l'Isère”, el “Ministère de l'Environnement” y la “Délégation aux risques majeurs”, y sostenida por la “Délégation à l'Aménagment du Territoire” (DATAR), que actualmente pertenece al “Ministère de l'Aménagment du Territoire et de l'Environnement”.

La comunidad internacional reconoce la necesidad de mejorar:

  • la comprensión de los procesos físicos vinculados con los diversos riesgos naturales

  • el análisis de su impacto sobre las construcciones y su vulnerabilidad

  • la definición de medidas de protección óptimas que incluyen los sistemas rápidos de alerta

  • la armonización de la cartografía de riesgos

  • la estima de la intensidad de los fenómenos, de los umbrales de alerta y de los periodos de retorno

  • la insuficiencia de las herramientas necesarias para poder evaluar íntegramente el riesgo y establecer los procedimientos para su reducción

  • la necesaria implicación de todos los actores sociales en la mitigación del riesgo

Crecimiento de los daños producidos por los riesgos naturales

A nivel europeo, y Catalunya no es la excepción, se constata un crecimiento significativo de los daños producidos por los fenómenos naturales en las últimas décadas, atribuido sin probada justificación al cambio climático. Hay otras razones que se tienen que tener en cuenta: el aumento del nivel de vida

  • la concentración de la población

  • infrastructuras y bienes en lugares privilegiados desde un punto de vista económico o lúdico, pero con existencia de riesgo de inundación

  • crecimiento de la mobilidad por carretera o tren

  • desarraigamiento por parte de la población de las características naturales de los lugares donde habitan o se instalan y de sus riesgos

  • falta de concienciación y educación ante el riesgo de inundaciones con las consecuentes actuaciones incorrectas o imprudentes

Así pues, un desarrollo eficaz de la prevención y de las estrategias de atenuación exige conocer las verdaderas razones de este aumento del riesgo.

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